En el interior del convento Santo Domingo de la ciudad capital de San Juan se encuentra la celda (habitación) que ocupó el Gral. San Martín en 1815, cedida por el prior de los dominicos para que preparase la campaña libertadora a Chile y al Alto Perú. Desde unos años que la labor del Prof. Claudio Vera por difundir y rescatar la Historia de esta Orden Mendicante y de otras que sirvieron en suelo cuyano, se ha sumado al trabajo de reconcoidos historiadores de la region.
Nuestra Orden de San Agustin, como bien sabemos ingreso a estas tierras justamente por la region de Cuyo, asentandose en la hoy Provincia de San Juan dede comienzos del Siglo XVII hasta casi fines del XIX, por este motivo aprovechando la visita de tan estimado representante de la mencionada Institucion, la Biblioteca Agustiniana de Buenos Aires ha realizado la donacion de veinticinco volumenes para la incipiente Biblioteca que se va conformando en dicho lugar, abierta a los investigadores de la zona, siendo este un sencillo modo de testimoniar la colaboracion institucional con este emprendimiento y a su vez, habilitar a los lectores, las ultimas ediciones de las publicaciones de la Orden en Argentina y Uruguay, sobre todo las referidas a temas de divulgacion historica y de la espiritualidad agustiniana.
Esta antigua construcción con muros de adobe, techo de rollizos de álamo, caña y torta de barro fue declarada Monumento Histórico Nacional por conservar intacto el diseño de la época de su construcción y por haber sido usada por el prócer argentino, el Gral. Don José de San Martín, para descansar.
Al ingresar, se puede visitar la Sala Capitular –sala de reuniones de la orden– y el patio. En el patio del convento, se destacan tres olivos de más de trescientos años, un algarrobo en el que San Martín ataba su mula y dos grandes campanas que fueron hechas en 1778, año en el que nació el General Libertador.
Esta antigua construcción con muros de adobe, techo de rollizos de álamo, caña y torta de barro fue declarada Monumento Histórico Nacional por conservar intacto el diseño de la época de su construcción y por haber sido usada por el prócer argentino, el Gral. Don José de San Martín, para descansar.
Al ingresar, se puede visitar la Sala Capitular –sala de reuniones de la orden– y el patio. En el patio del convento, se destacan tres olivos de más de trescientos años, un algarrobo en el que San Martín ataba su mula y dos grandes campanas que fueron hechas en 1778, año en el que nació el General Libertador.
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