La decisión del rey Felipe III de expulsar a los moriscos –conversos descendientes de la población hispana musulmana- de sus dominios, en 1609, supuso un impacto demográfico, económico y de civilización que afectó a casi el 4% de la población española. Esta instancia de un proceso tendiente a lograr una particular forma de uniformidad religiosa se agrega a otras que caracterizaron a la España de la temprana Modernidad. Los 400 años de ese acontecimiento imponen una nueva reflexión sobre el respeto de la diversidad a que nuestro Museo adhiere con el presente ciclo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario